Las empresas periodísticas inspiran más confianza que los periodistas

  • El 43% de los internautas españoles se fía de las empresas de comunicación y un 35% confía en los periodistas.
  • Quienes se informan sobre todo en medios tradicionales confían más que los que usan medios digitales, y tienen más confianza en marcas periodísticas que en informadores. 
  • Los que utilizan la televisión como medio principal para estar informado dan más crédito a las noticias: un 52% se fía de los medios, y un 41%, de los informadores. 
  • Sólo un tercio de los que se informan por redes sociales se fía de las empresas informativas y apenas un 23% de ellos confía en los periodistas. 

Aunque casi la mitad de los usuarios españoles se fía en general de las noticias, cuando son preguntados sobre el grado de credibilidad que tienen en las empresas periodísticas y en los periodistas, los datos reflejan una mayor confianza hacia los medios por encima de los profesionales de la información: el 43% de los internautas se fía de las marcas y sólo un 35% lo hace los periodistas. En el lado contrario, la desconfianza es mayor hacia los periodistas (34%) que hacia las organizaciones informativas (30%).

Esa mayor confianza hacia las marcas periodísticas frente a los periodistas es generalizada, independientemente del medio principal utilizado por los encuestados para estar informados. Por ejemplo, el 52% de los que se informan por la televisión confían en las empresas, frente al 41% que se fía de los periodistas. La excepción a este patrón está en aquellos que se informan principalmente a través de medios digitales (sin incluir los medios sociales): en estos casos es mayor la confianza hacia los periodistas (43%) que hacia las empresas informativas (37%).

Si se pone el foco en el reverso de esta cuestión, prima la desconfianza en los periodistas por encima de las empresas periodísticas independientemente del medio principal utilizado por los encuestados. La única excepción se da entre aquellos que se informan habitualmente por medios digitales bien en su conjunto (sin incluir los medios sociales), bien en las ediciones digitales de los medios tradicionales. En estos casos, la desconfianza hacia las empresas es mayor que hacia los informadores.